Este entrante de calabacín y queso feta, incorpora una mezcla de sabores poco habitual.
Resulta sorprendente y agradable al combinar temperaturas, texturas y la acidez del limón con el contraste del ajo.
Consejos para llegar a la excelencia
- Trocea el calabacín todo lo menudo que puedas y ten paciencia al saltearlo para que quede blandito pero un poco tostado.
- El aliño, que es la gracia de esta receta, prepáralo en un bol y mézclalo muy bien. Usa una varilla para que emulsione bien.
- El queso feta se incorpora en el último momento directamente de la nevera sobre el calabacín caliente.
Ingredientes (2 personas)
- Un calabacín mediano
- Queso feta (medio paquete)
- Dos dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- El zumo de un limón
- Hierbabuena o menta
- Sal
- Pimienta negra
Preparación
Pon una sartén, mejor si es alta, a fuego medio-alto con abundante aceite.
Mientras se calienta el aceite, trocea en cubitos el calabacín todo lo menudo que puedas.
Cuando el aceite empiece a humear, echa el calabacín troceado y saltéalo durante unos minutos. Ponle sal y pimienta negra.
Ajusta el fuego para que se haga bien, procurando que quede blandito y un poco tostado. Tendrás que removerlo frecuentemente.
Mientras se hace el calabacín, trocea el ajo muy menudo (yo uso un picador)
Para el aliño usa un bol o cuenco. Añade el aceite y el zumo del limón al gusto o prueba con cuatro partes de aceite y dos de límón y vas rectificando (si haces rodar el limón sobre una superficie lisa, aplastándolo un poco con la mano obtendrás mas zumo).
Trocea un puñado de hojas de hierbabuena o menta, reservando alguna para decorar, e incorpóralas al aliño del bol junto con el ajo troceado.
Cuando tengas todo en el bol bátelo con decisión para que la mezcla emulsione.
Emplatar
Esta receta te permite dejar salteado el calabacín y preparado el aliño hasta el momento de servirlo.
En un plato hondo o recipiento similar, extiende el calabacín caliente y rocíale el aliño por todo el plato.
Saca el queso feta de la nevera y trocéalo con las manos en el centro del plato.
Decora con alguna hoja de hierbabuena o menta.
Una vez en la mesa mezcla todo con cuidado para que se combinen los sabores y se funda un poco el queso.
A disfrutar!
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Esta receta no pensaba comentarla porque no me acabó de convencer, pero no sólo vamos a dejar mensajes positivos.
La receta es muy original, pero me parece que me pasé con el limón. Puse el zumo de medio limón y creo que es demasiado. Además la mezcla de sabores de la hierbabuena, el limón, el ajo, el feta y el calabacín es algo a lo que no estamos acostumbrados.
Yo esta receta la recomendaría sólo a los que les gusten los sabores “originales” (por ejemplo, nunca se la haría a mi madre y mucho menos a mi suegra).